Él era alguien que pertenecía en mis fantasías más salvajes en lugar de a una parada de descanso en el centro de Nebraska.
Un atractivo y arrogante australiano llamado Chance es la última persona que esperaba encontrarme en mi viaje en auto a través del país.
Cuando mi auto se averió, hicimos un trato. Lo siguiente que supe es que estábamos viajando juntos, pasando noches llenas de tensión sexual en hoteles y tomando desvíos no planificados.
Mi ordinario viaje por carretera se convirtió en la aventura de mi vida. Todo fue diversión y juegos hasta que las cosas se pusieron intensas.
Lo deseaba, pero Chance no hacía ningún movimiento. Pensé que me deseaba también, pero algo le estaba frenando.
No tenía que enamorarme de ese bastardo arrogante, especialmente cuando sabía que estaríamos yendo por caminos separados.
Todas las cosas buenas deben llegar a su fin, ¿no?