Controlo toda mi escuela, pero no mi propia vida. El control es una ilusión, una perra engañosa.
Cuando veo la cara inocente de Ellie en los pasillos de la escuela, me dan ganas de... atormentarla.
Su nariz respingona me desafía.
Es la única que se atreve.
¿Qué hay en ella que me hace querer poseerla? Controlarla.
Doblegarla a mi voluntad.
Pero ella guarda un secreto que puede destruirme.
Destruirnos a los dos.
A menos que pueda llegar a ella a tiempo...